Cuando hablamos de Helicobacter pylori, automáticamente pensamos en el estómago. Y no es para menos: esta bacteria en espiral ha sido
históricamente vinculada a gastritis, úlceras e incluso cáncer gástrico. Sin embargo, lo que muchas personas - incluso profesionales de la salud -
desconocen, es que H. pylori no se limita solo al estómago. Estudios recientes muestran que puede vivir en distintas zonas del cuerpo, con
efectos clínicos relevantes que pueden dificultar su erradicación y facilitar la reinfección.
En este artículo te llevamos a explorar los rincones donde esta bacteria puede esconderse, para comprender mejor cómo diagnosticarla, tratarla y
evitar recaídas.
¿Dónde más se encuentra el Helicobacter pylori?
Además del antro gástrico, donde se aloja con frecuencia, se ha identificado la presencia de H. pylori en:
1. Cavidad oral
En placa dental, lengua y saliva (Song et al., 2000).
Actúa como reservorio extra-gástrico, facilitando la reinfección después del tratamiento.
Importante considerar en personas con mala higiene bucal o enfermedad periodontal crónica.
2. Duodeno
Asociado a úlceras duodenales.
Su presencia puede generar síntomas similares a la gastritis: dolor abdominal, distensión, acidez.
3. Hígado y vías biliares
ADN bacteriano detectado en pacientes con enfermedades hepáticas y colangitis (Fox et al., 2001).
Posible relación con trastornos hepatobiliares (aún en estudio).
4. Faringe y amígdalas
Detectado en personas con tos crónica persistente (Bulut et al., 2010).
Su colonización puede pasar desapercibida si solo se buscan síntomas digestivos.
5. Sangre
Casos raros de bacteriemia por H. pylori, especialmente en personas inmunosuprimidas.
¿Cómo detectarlo si no está en el estómago?
Los test clásicos como ELISA, antígeno en heces o serología están diseñados para detectar H. pylori en el estómago. Pero si la bacteria se
esconde en otras partes del cuerpo, puede haber falsos negativos.
Recomendaciones:
En síntomas persistentes con test negativos: considerar PCR 16S rRNA en biopsias (Haesebrouck et al., 2009).
Revisar cavidad oral y vías aéreas superiores si hay halitosis o tos crónica.
Pensar más allá del estómago cuando el tratamiento no funciona.
Estudio realizado por el Dr. Antonello Trecca y su equipo, publicado en el Journal of Pediatric Gastroenterology and
Nutrition en 2013, investigó la presencia de Helicobacter pylori en la garganta de niños con síntomas recurrentes de
infección respiratoria superior. Encontraron una alta tasa de colonización de la bacteria en la garganta y sugirieron
que la infección por Helicobacter pylori en la garganta podría ser una causa subyacente de los síntomas.
¿Por qué es importante saber esto?
Entender la distribución extra-gástrica de Helicobacter pylori permite:
Evitar tratamientos inefectivos o incompletos.
Prevenir recaídas por reinfección desde la boca o amígdalas.
Personalizar el diagnóstico y la terapia de forma más eficiente.
En resumen:
Helicobacter pylori no es solo un visitante del estómago. Puede estar en tu boca, garganta, intestino e incluso en el hígado. Comprender su
comportamiento es clave para erradicarla y evitar que vuelva.
¿Tienes síntomas digestivos o sospechas de reinfección?
En Centro Médico Aloha realizamos estudios integrales para detectar y tratar H. pylori desde un enfoque clínico, funcional e integrativo.
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Referencias:
- Fox JG et al. J Clin Microbiol. 2001.
- Song Q et al. J Med Microbiol. 2000.
- Bulut Y et al. J Infect Dev Ctries. 2010.
- Haesebrouck F et al. Clin Microbiol Rev. 2009.